Les cuento un poco sobre mis experiencias antes de conocer a mi esposa en medio de una tormenta eléctrica y los siguientes 45 años de milagros increíbles en nuestro matrimonio, y después de que falleciera 45 años después con un solo trueno que sacudió el hospital de tres pisos justo en el momento en que exhaló su última bocanada de aire, lo que dejó todo el hospital a oscuras, ya que incluso el generador de emergencia quedó destruido. Pero los milagros no cesaron, pues tuve constantes recordatorios de que ella estaba viva en el cielo.