Cielos de Italia, febrero de 1943. Dos pilotos enemigos se enfrentan en un duelo donde uno debe morir. Pero esa tarde las blancas nubecillas que llenan el azul del cielo son testigo de un acto de compasión y humanidad, un acto que se convertirá en una amistad verdadera; esa amistad verdadera que divide las angustias y comparte las alegrías.