Aunque los postulados teóricos de la democracia reconocen que en un Estado de Derecho, constitucionalmente consagrado, es inadmisible que a sus ciudadanos les sean desconocidos derechos y garantías fundamentales; dicho Estado ha construido su devenir histórico de la mano de la sistemática violación de los Derechos Humanos. Colombia, no ha sido la excepción. Su historia reciente, atravesada por múltiples manifestaciones de violencia, reconoce la persistencia e impunidad de cientos de atentados contra los Derechos Humanos, siendo el Estado su principal transgresor. Esta preocupante situación de vulneración de los Derechos Humanos por parte de agentes de la Fuerza Pública, que ha sido desconocida y relegada en el terreno de la impunidad, hace fundamental su estudio y obligatoria la investigación de hechos históricos como mecanismo de reconstrucción de la memoria y medida fundamental de no repetición. El trabajo que aquí se presenta se desarrolló con el propósito de contribuir a ese objetivo a través de un estudio de caso sobre la práctica de la tortura reconstruyendo, a través de testimonios, la dolorosa experiencia de los presos políticos del Movimiento M-19 entre 1979 y 1982.