Para bien o para mal, entre todos los planetas solares del universo conocidos actualmente, la Tierra es el único planeta habitable. Este planeta -la Tierra- ha cambiado increíblemente. Por un lado, todo en él se ha globalizado o se está globalizando, incluido el terrorismo. Nuestro mundo se ha convertido concretamente en una verdadera "aldea global". Por ello, ahora es posible que más gente que nunca colabore y compita en tiempo real con más personas en más tipos de trabajo diferentes y desde más rincones del planeta y en condiciones de mayor igualdad que en cualquier momento anterior de la historia de la humanidad (Friedman, 2003). Dicho de otro modo, la invención de los ordenadores, el correo electrónico, las redes, las teleconferencias, los medios de comunicación social y los nuevos programas informáticos dinámicos han hecho posible que quienes vivimos en el siglo XXI consigamos mucho más que muchas generaciones anteriores. Por otro lado, el siglo XXI está siendo testigo de una situación en la que todo un nuevo grupo de hombres y mujeres enfadados, frustrados y humillados pretenden destruir al resto de nosotros.
Para bien o para mal, entre todos los planetas solares del universo conocidos actualmente, la Tierra es el único planeta habitable. Este planeta -la Tierra- ha cambiado increíblemente. Por un lado, todo en él se ha globalizado o se está globalizando, incluido el terrorismo. Nuestro mundo se ha convertido concretamente en una verdadera "aldea global". Por ello, ahora es posible que más gente que nunca colabore y compita en tiempo real con más personas en más tipos de trabajo diferentes y desde más rincones del planeta y en condiciones de mayor igualdad que en cualquier momento anterior de la historia de la humanidad (Friedman, 2003). Dicho de otro modo, la invención de los ordenadores, el correo electrónico, las redes, las teleconferencias, los medios de comunicación social y los nuevos programas informáticos dinámicos han hecho posible que quienes vivimos en el siglo XXI consigamos mucho más que muchas generaciones anteriores. Por otro lado, el siglo XXI está siendo testigo de una situación en la que todo un nuevo grupo de hombres y mujeres enfadados, frustrados y humillados pretenden destruir al resto de nosotros.