Marzo de 1953, una mujer es atropellada en una carretera comarcal de la provincia de Salamanca. Pocas horas después, el camillero del hospital de la capital llama por teléfono a Aurora Blanco, una conocida reportera de sucesos de Madrid, para comunicarle que la víctima ya estaba herida antes de ser arrollada. Cuando la periodista llega al hospital, la mujer ha desaparecido.